Economía Popular y Solidaria

La Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria, aprobada en el 2011, la define como “una forma de organización económica en la que sus integrantes se unen para producir, intercambiar, comercializar, financiar, y consumir bienes y servicios que les permitan satisfacer sus necesidades y generar ingresos”.

El Consejo Nacional de Economía

El Consejo Nacional de Economía Productiva será el medio de desarrollar las estrategias que permitan avanzar hacia el nuevo modelo económico.

Pronto en sus bolsillos billetes de mil, 5 mil y 10 mil

Según un artículo publicado por el diario Panorama, el Banco Central de Venezuela (BCV) prepara la impresión de tres billetes por valores de 1.000, 5.000 y 10.000 bolívares, así como la acuñación de dos monedas por valores de 500 y 2.000 bolívares respectivamente, sin descartar la circulación de un billete de 20.000 para el 2017.

De la economía miserable a la economía social en Venezuela

El problema hoy día en Venezuela es, en primer lugar, político y ahí, equidistante, por efecto inmediato, económico.

Robo de los dólares a 6,30 es la verdadera guerra económica

El vicepresidente de la AN advierte que si que están haciendo todo lo posible para cambiar el modelo económico e impedirán la confiscación de tierras productivas. Pero el gobierno tiene que rectificar para que las cosas mejoren. También advirtió que lo primero que van a investigar es la corrupción con los robos de dólares de Cadivi.

jueves, 10 de noviembre de 2016

El Consejo Nacional de Economía Productiva

El Consejo Nacional de Economía Productiva será el medio de desarrollar las estrategias que permitan avanzar hacia el nuevo modelo económico.


El pasado martes 19 de enero el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro instaló el Consejo Nacional de Economía Productiva con el firme propósito de avanzar en el desarrollo económico productivo del país y poner fin a la guerra económica que viene golpeando al pueblo venezolano desde finales del 2014.
Durante el discurso de instalación el presidente Nicolás Maduro indicó que el nuevo mecanismo económico permitirá el impulso, desarrollo y expansión de las fuerzas productivas para incrementar la generación de divisas internas, a fin de avanzar hacia la ruptura del rentismo petrolero y superar la coyuntura económica, agravada por la guerra no convencional orquestada por la derecha.
El Consejo Nacional de Economía Productiva estará presidido por el Vicepresidente de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, el secretario ejecutivo sera el vicepresidente de Economía Productiva, Luis Salas y como coordinador de reuniones y agenda de trabajo, el viceministro de Inversión para el Desarrollo, Simón Zerpa.
El nuevo consejo económico sesionará de manera permanente en el Puesto de Comando Presidencial, en el Palacio de Miraflores sede del ejecutivo venezolano diseñando líneas de acción y garantizando el cumplimiento del trabajo desarrollado en cada una de las mesas.
El nuevo mecanismo económico estará articulado al reciente Decreto de Emergencia Económica que fue presentado el pasado viernes 15 de enero al parlamento venezolano y al pueblo por el presidente Nicolás Maduro en su mensaje anual a la nación.
El economista Tony Boza destacó que el Consejo Nacional de Economía Productiva permitiría el encuentro de todos los actores que tienen algo que aportar a la producción nacional.
En este sentido el vicepresidente de Venezuela Aristóbulo Isturíz ha dicho que para avanzar hacia una economía productiva se deben escuchar los intereses de cada sector y entablar el diálogo y alcanzar un consenso sobre las acciones y estrategias a tomar en materia económica.
Los Nueve Motores
El presidente venezolano explicó que la estrategia económica se conformó con nueve motores de acción para avanzar hacia el desarrollo productivo y atender las necesidades inmediatas de los venezolanos.
Los motores para el desarrollo productivo de venezuela son hidrocarburos, petroquímico, agroalimentario, minería, telecomunicaciones e informática, construcción, industria, industria militar y turismo.
El analista económico Tony Boza aseguró que los nueves puntos muestran cuales son los rubros que han sido priorizados en un momento donde hay escasez de divisas. Boza resaltó que uno de los principales objetivos del plan económico es la distribución de la renta en función de la mayoría.  Se ha hecho énfasis en satisfacer las necesidades del pueblo venezolano, añadió Boza.
El jefe de Estado destacó la puesta en marcha del plan 50 el cual trabajará en función de priorizar el desarrollo y comercialización de cincuenta rubros para atender las necesidades del pueblo.


“Es un plan que nos va a llevar de la emergencia a la estabilidad y al crecimiento. Son 50 bienes y rubros que debemos concentrar el esfuerzo para producirlos y sostenerlos con nuestras propias manos sin depender de un dólar" añadió el presidente venezolano.
En función de esta idea el estado trabajará en poner atención a la producción nacional de las pequeñas y medianas industrias para fomentar su crecimiento y no depender de las grandes empresas privadas y recurrir en última instancia a las importaciones.
Aristóbulo Istúriz señaló esta prioridad como una de las líneas de acción del Decreto de Emergencia Económica
Según Tony Boza el plan económico busca la presencia de las organizaciones sociales y populares en todo el aparato productivo y para ello el gobierno ha decretado leyes y normativas para asegurar la participación del pueblo en la cadena comercial y hacer que los bienes de consumo sean distribuidos en el pueblo.
Hacia el Modelo Productivo
El presidente Nicolás Maduro ha insistido en la urgencia de un cambio de modelo económico, dejar atrás al rentismo petrolero y avanzar hacia nuevas fuentes de generación de recursos .
El Vicepresidente Istúriz ha mencionado que entre las líneas de acción del decreto de emergencia se habla de avanzar hacia la exportación de otros rubros distinto al petróleo y ha a mejorar los mecanismos de recaudación de impuestos.
Para el economista Tony Boza el mejoramiento en el sistema de recaudación debería aportar grandes recursos al país que serán distribuidos al pueblo en obras de infraestructura y misiones sociales.
El Consejo Nacional de Economía Productiva y el Decreto de Emergencia Económica deben ser las herramientas que logren transitar el camino hacia un nuevo modelo más social y que sea ejemplo para el mundo.

Análisis: Se trata de un nuevo organismo que va en pro de la economía  social diseñado para impulsar la producción y desarrollo de manera de generar divisas con las importaciones y que estas misma deje de depender del petróleo con la intención de superar la crisis económica del país generada por la derecha. Cabe destacar que dicho organismo está asociado al actual plan de emergencia y los 9 motores del plan de gobierno estructurado por el presidente. El organismo permitirá la participación de todos los sectores y entes que tengan que aportar a la producción del país en la materia de esta manera seguir impulsando la economía social del país como lo establece la constitución bolivariana de Venezuela. 

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La economía social en Venezuela

De la economía miserable a la economía social en Venezuela
El problema hoy día en Venezuela es, en primer lugar, político y ahí, equidistante, por efecto inmediato, económico. La evolución de la economía en Venezuela, desde el advenimiento de la democracia representativa (mal llamada estabilización democrática del país, lo menos que hubo fue estabilidad), hasta el presente, donde se debate entre un modelo socio-productivo colectivista y un modelo de producción capitalista, ha ido acentuado la dependencia en relación con la actividad petrolera, a pesar de los diversos esfuerzos realizados por distintos gobiernos, en esa tarea heroica de diversificar la actividad económica e invertir el excedente del petróleo, o la ganancia petrolera, en fortalecer otras estrategias de negocio. La economía venezolana ha mantenido su carácter monoproductor, aunque en los últimos años se ha desarrollado, progresivamente, coqueteos e iniciativas pr el sector industrial y, en menor medida, el sector agrícola, con todo el potencial que evidentemente se tiene en este rubro.

Desde la caída de la experiencia autoritaria del General Marco Pérez Jiménez, en 1958, se intentó reorientar a la economía hacia un proceso de industrialización sustitutiva de importaciones; el esfuerzo arrojó, de 1958 a 1973, que el Producto territorial bruto (PTB), creciera en un promedio anual de 5,4%, consecuencia del relativo estancamiento de los ingresos por exportaciones, los cuales se mantuvieron en unos US $ 2.550.000.000, en virtud de la debilidad del mercado petrolero mundial; en éste período, la economía del país continuó descansando en la explotación de sus recursos naturales (petróleo y hierro), que generaba, en 1973, un 23,2% del PTB, un 70% de los ingresos ordinarios del Estado y un 93% de los ingresos por exportación. La “Ley de Reforma Agraria”, promulgada en 1960, cuya aplicación nunca se dio formalmente y no se alcanzó impulsar un crecimiento dinámico del sector agrícola, apenas fue del 6% del producto territorial bruto, hice evidente grandes debilidades en el Estado en cuanto al trabajo de promoción y venta del incentivo agrícola para sumar al sector productivo nacional.

La década del setenta aceleró el proceso de urbanización de la población, llegando a un 75% del total, y para 1972, el sector primario de la economía empleaba un 20% de la población activa, el secundario un 28% y el terciario el 52% restante. Fue un período que sentó las bases de una renovada modernización del país, y se reanudó el sector público y sus intentos de participación en la actividad productiva, principalmente a través de SIDOR, de la Corporación Venezolana del Petróleo y de la industria petroquímica en sus plantas de Morón y El Tablazo; pero ello, sin embargo, tomando de referencia la estructura del gasto público, había alcanzado un 74% para 1973 y que, aunque aumentó en términos absolutos, el gasto de inversión por parte del sector público se mantuvo en tan solamente un 30% del total, lo que significaba muy poco para impulsar un cambio en las reglas del juego económico rentista. Ya para finales de 1973, y como efecto de la recién creada Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), donde Venezuela jugó papel estelar, se da el “boom” petrolero que no fue otra cosa que el sinceramiento de los precios del petróleo y el manejo de estrategias comunes para mantener precios competitivos en el mercado internacional. Aumentaron los precios mundiales del barril petrolero, y creándose una burbuja de confort que en vez de alimentar proyectos de sustitución de productos de exportación, se alimentó las arcas personalísimas de los grandes corruptos del país y se comenzó a articular una economía miserable, liberal y de francos vicios en la administración pública nacional.

Se llegaría a la década de los ochenta del siglo XX, con un Presidente Social-demócrata que dijo en 1979, que recibía un “país hipotecado”, pero fue incapaz de solucionar esa realidad y alimentó y aumentó esa hipoteca, al punto que para 1983, tuvo de que devaluar la modera (viernes negro) y con ello inaugurar el tiempo de las “vacas flacas”. El alza del petróleo ayudó a mantener vivas las esperanzas de mejorar la economía, dando lugar a una expansión considerable y sostenida del ingreso fiscal en Venezuela, así como permitiendo la reducción de la producción de crudo en un 40%; la expansión fiscal, entre 1973 y 1982, fue del orden de 600%, parte de ese ingreso fue ahorrado a través del Fondo de Inversiones de Venezuela, pero la mayor parte fue gastada, ocasionándose así una expansión acelerada de las magnitudes económicas, financieras y monetarias, y también el resurgimiento de presiones inflacionarias.

El efecto esperado, a todas estas, de la nacionalización de la industria petrolera, 1974 y 1975, donde se decretó que la reserva al Estado de la industria petrolera y de la minería de hierro, hasta entonces explotadas por capital extranjero, sería explotada por el Estado, no dio sus frutos esperados. Dio dinero, pero la distribución de ese dinero no llegó a mejorar las condiciones de vida de los venezolanos. Ni las expropiaciones de los activos reales de las compañías concesionarias en el país, lograron mejorar las condiciones laborales del sector petrolero que, gracias al imperio de las leyes que le dio operatividad ilimitada, terminó por ser un Estado dentro de otro Estado, sin posibilidades de utilizar los excedentes en políticas sociales fundamentales, la industria petrolera lo invirtió en su burocracia y generó una generación de pequeños burgueses, privilegiados y dogmatizados por el capital extranjero de los países desarrollados. La explotación de hidrocarburos en todas sus fases, desde la exploración hasta la venta de crudos y productos en los mercados interno e internacional, pasó a ser potestad exclusiva de un grupo de tecnócratas del Estado, que la realiza a través de un conjunto de empresas operadoras con una casa matriz denominada Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Las ex concesionarias mantuvieron, por algún tiempo, su vinculación con la actividad petrolera venezolana mediante convenios de comercialización internacional y de suministros tecnológicos, los cuales se modificaron paulatinamente para reducir la dependencia con respecto a aquéllas, y desarrollar con autonomía las operaciones convencionales así como las de investigación tecnológica; el fin del “boom” petrolero llegó hasta finales de la década de los ochenta y encontró su máximo esplendor en el despilfarro y la corrupción, que llevaron al Gobierno, segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez, al fatídico 27 y 28 de febrero de 1989, cuando el aumento de los precios del pasaje urbano en Caracas, implosionó en una manifestación espontánea que terminó en saqueos y violencia y miles y miles de muertos y desaparecidos. Estos hechos marcaron el surgimiento de movimientos políticos en los cuarteles y en los sectores radicales de la sociedad civil, que luego tendrían su escenario en el 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992.

Es importante destacar que el mercado interno de hidrocarburos estuvo ampliándose durante los años de crisis económica, porque lo que había era despilfarro no malos negocios; el mercado estaba fulgurante, la inversión era la que no llegaba, no había espacio para invertir en el pueblo, en su educación, en su salud en brindarle estabilidad y calidad de vida. El dinero robado y malgastado por la tecno burocracia tuvo que ser restituido por los préstamos al Fondo Monetario Internacional, el cual, a cambio, exigía la aplicación de sendos programas de ajuste que no iban en consonancia con la idiosincrasia y la necesidad local del pueblo. No obstante, el ingreso petrolero nacional mostró aumentos significativos y la actividad de la económica interna se mantuvo, aunque notablemente débil; la rama más deprimida fue la de la construcción, lo que afectó desfavorablemente a otras ramas vinculadas con ésta.

Si algo se debe destacar de la etapa comprendida entre 1989 y 1993, es que se dieron cambios importantes en la política económica oficial, en el sentido de la promoción de una economía liberal de mercado: se liberan los mercados de divisas, bienes, dinero y factores productivos; el Gobierno suprime numerosos controles y mecanismos de regulación e intervención en la actividad económica, reduce subsidios, implanta un programa de reducción arancelaria aduanera, se decide la privatización de empresas del Estado, con la excepción de las consideradas básicas y estratégicas, como la del petróleo y la electrificación del Caroní; todo esto se orienta al desarrollo de las fuerzas económicas privadas con la menor intervención oficial, buscando disminuir la ingerencia del Estado en la economía y creando una figura de Estado Gerente que complaciera los programas de avance del Fondo Monetario Internacional. Se quiso fortalecer la balanza de pagos y las reservas monetarias del país, así como también para propiciar un nuevo refinanciamiento de la deuda externa con los acreedores, comprometiendo al Gobierno, con una carta de intención, a efectuar las medidas necesarias para el ajuste macroeconómico, la estabilización monetaria cambiaria y de precios y la conversión de la economía mixta o intervenida en una economía abierta del mercado. Es decir, un modelo de avanzada en un mundo global en franca expansión. ¿Y cuál era la realidad del pueblo venezolano? Su pérdida de poder adquisitivo y su exclusión de las políticas públicas como principal referente de atención.

En un sentido particular, y producto también de los movimientos sociales nacidos del 27 y 28 de febrero de 1989, el liderazgo de Rafael Caldera se fortalece y viene de nuevo a regentar el erario público entre 1994-1999. Este período estuvo marcado por la existencia de una difícil situación económica, que se agravó por la crisis bancaria originando quiebra de varias instituciones financieras, todo en medio de esa delicada situación económica. El gobierno buscó adoptar programas sociales para tratar de aliviar un poco la situación de pobreza extrema en la que ya se encontraban amplios sectores de la población, pero la corrupción siguió consumiendo los trapos tibios y la esperanza de éxito quedó en un tratado de buenas intenciones que se conoció como la “Agenda Venezuela”, plan económico que contó con el aval del Fondo Monetario Internacional, pero cuya aplicación aceleró el rompimiento institucional de la democracia representativa con sus partidos políticos y todo. Es importante destacar que la “Agenda Venezuela” reflejaba un plan de privatizaciones en todos los sectores productivos del país, se planeó privatizar SIDOR y otras empresas básicas, aunque en la práctica se pudo solamente llevar adelante la venta de VENALUM, que fue adquirida por un importante consorcio empresarial extranjero, y PDVSA aceleró el proceso de apertura petrolera, que tenía como objetivo primordial, la búsqueda de nuevos capitales para llevar a cabo un vasto programa de inversiones.

Todo este escenario, y el discurso del Teniente Coronel del 4 de febrero de 1992, Hugo Chávez, trajo consigo su llegada al Poder en las elecciones de 1998, y con él un cambio profundo en las relaciones económicas de Venezuela con las políticas de reajuste económico del Fondo Monetario Internacional. El anterior modelo económico heredado, producto de prácticas viciadas como la especulación y devaluación monetaria, conllevó a la escasez, desabastecimiento, inflación galopante, dependencia económica exterior excesiva y pérdida de poder adquisitivo en la población.

El nuevo modelo económico presentado por Hugo Chávez, rompió con las políticas neoliberales, e inició un proceso de reconquista del sector productivo nacional (puede decirse que se invirtió buena parte del excedente petrolero), y el fortalecimiento del Estado haciéndolo más interventor del sector económico y propiciando una economía de producción social, donde la distribución equitativa de los recursos económicos (traducidos en bienes y servicios), se ha vuelto una política de Estado que sustituye el interés de lo económico-financiero, por una política social activa.

Las fallas de los últimos diecisiete años, ha estado en tres situaciones puntuales: el gran costo que enfrentó el Gobierno de turno para reconquistar los espacios productivos privatizados por la “Agenda Venezuela”; la confrontación política entre oposición y grupo político ostentador del Poder, que causó grandes daños a la economía nacional; y la baja de los precios del petróleo (de $ 100 a $ 24, en el último registro). Estas tres realidades hoy por hoy han bloqueado la articulación de una economía social productiva y tiene en franco vilo las posibilidades de levantar la brecha de una economía sin reglas de juego claras, sin inversión foránea que la fortalezca, minimizando día a día la capacidad de respuesta de un Gobierno que necesita abolir la corrupción, neutralizar la barbarie (bachaqueo, delincuencia, grupos violentos, entre otros), e imponer el imperio de la Ley para sanear la vida política nacional.

En concreto, tomando palabras del nuevo ministro de Economía Productiva, Luis Salas, el Gobierno está interesado en restablecer la normalidad en la distribución de productos: “Nos interesa muchísimo restablecer la normalidad y estamos dispuestos a reunirnos y trabajar con quien haya que trabajar para eso…La economía productiva pasa por democratizar la producción, agregar más actores a nivel de la producción, comercialización y distribución porque eso es lo que ayudará a dar soluciones estructurales”. Hoy día la preocupación del Gobierno es cómo acercar a los consumidores con los productores, lo cual pasa por reducir en muchos casos ciertas distorsiones de la cadena de distribución que tienen un efecto muy importante sobre la distorsión en precios. El ministro sentencia: “Estamos actuando coordinadamente, de hecho, hay una propuesta para que los compañeros de la economía popular formen parte de la Vicepresidencia…Hemos acordado mecanismos para trabajar conjuntamente con todos los sectores por el bien del país”.

Vele leer un fragmento de un artículo de Luis Vicente León, escrito en abril del 2015, donde él dice: “Analizar hoy en día la economía venezolana resulta particularmente complejo, no sólo por la falta de información oficial -el Banco Central de Venezuela y otros organismos públicos mantienen su postura de ocultar la data como si eso eliminara el hecho concreto de que el país tiene la inflación más alta del mundo y la escasez es penosa comparándonos incluso con los países más pobres de la región-,sino porque nos encontramos bajo las fuerzas de un modelo controlador, cuyas políticas y acciones en los diferentes ámbitos responden principalmente a intereses políticos o particulares, en lugar de estar regidas por la lógica y la racionalidad económica…” Parto de la idea de que es necesario mostrar las cifras, sean cual sean, no podemos ofertar un modelo sino sinceramos los datos que nos indican que estamos en crisis, estamos en inflación y nos proyectamos hacia condiciones que empeoraran la calidad de vida de los ciudadanos. No se trata de dar cifras para satisfacer exigencias neoliberales, se trata de confrontar, con la realidad, el impacto que esas cifras tienen y la respuesta del pueblo a las inmensas dificultades por las cuales les ha tocado transitar en la economía doméstica interna.

La tarea de la revolución es escuchar, revisar, rectificar y reimpulsar, repolitizando la sociedad y acabando con los vicios que corrompen el modelo anhelado del proceso revolucionario que es de una sociedad igualitaria, autogestionada e independiente de cualquier acción o interés de los grupos transnacionales del capitalismo global. Apostamos a una economía socialista en un contexto capitalista, interactuando con las reglas de juego del mercado, pero priorizando en invertir en la gente y no en los grupos de poder que se creen dueños del capital. El Estado debe ser fuerte, con el control total del capital para distribuirlo igualitariamente y brindar la satisfacción de las necesidades básicas del pueblo, pero no se puede hacer eso sin un plan que fortalezca la inversión y la multiplicación de ese capital, debemos enseñar a pescar y coadyuvar a que esa habilidad aprendida se transforme en pequeñas cooperativas de producción social. ¡Si se puede! Voluntad política es lo que necesitamos. Venimos de la economía miserable del neoliberalismo, en cuya influencia aún nadamos, pasando por la miseria de la economía global que nos juzga, encaminados a la economía de producción social que nos salvará.

Ramón Eduardo Azócar Añez
azocarramon1968@gmail.com

AnálisisVenezuela que históricamente ha pasado por diferentes modelos socio-económico los cuales no han alcanzado aun la estabilidad que busca el país. Venezuela aun muy dependiente de la renta petrolera la cual genero el abandono de otros actividades productivas del país como lo son la agricultura y la pesca ha sufrido la llamada economía global de la que nadie se escapa, es cuando se ve la necesidad de una nueva economía que incluye a la sociedad en función apartando la economía capitalista que tanto daño le ha hecho al país históricamente en este sentido es el ex presidente Hugo Chavez Frías en su periodo de mandato quien incluye en la reforma de 1999 que el estado debe impulsar la economía social, dicho concepto de economía social ya se conocía pero fue Chavez quien se atrevió a propulsar y dejar enmarcado dicho camino, el (Chavez) en su mandato propulso muchos proyectos y conformo instituciones en pro a la economía social que podemos ver que sigue impulsando el actual presidente Nicolas maduro.

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Pronto en sus bolsillos billetes de mil, 5 mil y 10 mil


Economía, 10 noviembre de 2016

Notitarde.- Mucho se ha especulado sobre la implementación del nuevo cono monetario venezolano, hace unos días, el ministro para el Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Jesús Faría, en una entrevista por Globovisión, afirmó que “pronto habrán anuncios sobre la emisión de nuevos billetes de mayor denominación”, y desde entonces, han surgido cientos de especulaciones y conjeturas sobre el tema.

Según un artículo publicado por el diario Panorama, el Banco Central de Venezuela (BCV) prepara la impresión de tres billetes por valores de 1.000, 5.000 y 10.000 bolívares, así como la acuñación de dos monedas por valores de 500 y 2.000 bolívares respectivamente, sin descartar la circulación de un billete de 20.000 para el 2017.

En este sentido, la agencias de noticias internacional AP (The Associated Press) asegura que durante una entrevista que realizaron al presidente del Banco Central, Nelson Merentes, afirmó que a comienzos de 2016 se estaba evaluando la emisión de nuevos billetes por valores de 500 y 1.000 bolívares para ir hacia un cono monetario “más óptimo” que se adapte a la situación del país.

Según AP Merentes también indicó que se pretendía la activación “este mismo año”, pero que no se tenían establecida la fecha ni las imágenes correspondientes para los nuevos billetes.

El analista financiero, José Grasso Vecchio, advirtió para el diario Panorama la urgencia que amerita la impresión de estos billetes y sostuvo que “el billete más alto de Venezuela no puede ser el de Bs 100. Los de 5.000 y 10.000 funcionarían bien hoy, no veo planteado otros de más denominación”.

“Será un ganar-ganar. Aquí gana la banca, el comercio y el público. Un nuevo cono monetario era esperado por la economía y todos sus agentes. El billete tiene que reconocer la realidad de la economía, eso no implica que en Venezuela se deje de trabajar por el cajero número uno que es la inflación (…) Yo creo que la decisión es positiva, pero creo que también es vital seguir dándole empuje a temas como: la banca electrónica, y otros que nos lleven al menor uso de cheques y efectivo”, apuntó el experto.

Por su parte, el diputado de la Asamblea Nacional, José Guerra, sostuvo en una entrevista para El Universal que es necesario ajustar el cono monetario “a la realidad inflacionaria”, porque la impresión de un billete de 100 bolívares en la actualidad cuesta alrededor de 150 o 200 bolívares.

Fuentes cercanas al BCV aseguraron a Panorama que para finales del mes de diciembre se tiene previsto que comiencen a circular los nuevos billetes.

Análisis: El Banco Central de Venezuela pondrá en circulación seis nuevas denominaciones del cono monetario nacional a partir de mediados de diciembre próximo, afirmó a El Nacional de manera extraoficial una fuente vinculada al ente emisor. Se trata de los nuevos billetes de 500, 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares que circulara en el 2017.

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Robo de los dólares a 6,30 es la verdadera guerra económica


El primer vicepresidente de la AN, Enrique Márquez, admite que el Legislativo no puede hacer todo para cambiar el modelo económico, pero hará mucho; por ejemplo, impedir la confiscación de tierras productivas.

“Si el gobierno no rectifica, las cosas no van a mejorar”, advirtió

Anunció que lo primero que investigarán es la corrupción con los dólares de Cadivi. “Recordemos que Jorge Giordani como jefe del gabinete económico habló de un daño al patrimonio público por 25 millardos de dólares. Atacando la inmensa irregularidad en la administración de divisas llegamos al corazón de la actual corrupción en Venezuela”. Recalcó su interés en que comience el debate sobre la crisis económica: “No le vamos a dar un cheque en blanco al presidente Maduro, tuvo la habilitante dos años y no solucionó nada, pero si ahora propone medidas lógicas no vamos a ser un obstáculo, tampoco permitiremos que el Ejecutivo lo sea. Nuestra prioridad es resolver la crisis económica, no sacar a Maduro del poder”.

Para quienes lo perciben como el policía bueno en la junta directiva de la nueva Asamblea Nacional, ­Henry Ramos Allup sería el policía malo­, Enrique Márquez advierte que aplicará mano izquierda para tender puentes y fomentar la conciliación en beneficio de todos los venezolanos, pero que no dudará en utilizar una firme y fuerte mano derecha para impedir abusos del oficialismo que, en su opinión, está enquistado en el resto de los poderes públicos.

El dirigente de Un Nuevo Tiempo considera que, a falta de propuestas para resolver los problemas que agobian a los ciudadanos, el chavismo amenaza con una “guarimba judicial” para intentar anular la mayoría calificada del Parlamento que obtuvo la oposición en las elecciones del 6-D. Desde su punto solo se trata de un obstáculo más que también se superará por la vía electoral.

–¿Qué puede hacer y qué no puede hacer la nueva legislatura para atender las urgencias de los venezolanos?

–El 6 de diciembre no solo se eligió una nueva Asamblea, sino que se votó por un cambio de rumbo para el país.

Desde el Parlamento podemos hacer mucho, pero no todo lo necesario para cambiar este modelo político económico.

Por ejemplo, en cuanto al desabastecimiento de alimentos nos vamos a concentrar en proteger la inversión nacional, mediante la reforma de leyes que impidan que el Ejecutivo siga confiscando las tierras productivas. Si el gobierno incumple con las nuevas normas, no reflexiona y sigue aplicando un modelo económico fracasado, las cosas no van a mejorar. Si el gobierno no rectifica, nosotros nos encargaremos de demostrar que la causa de la crisis económica no es una supuesta guerra librada por los empresarios y el imperialismo yanqui. Nosotros demostraremos que la verdadera guerra económica tiene que ver con el robo de los dólares a 6,30. El año pasado, en Venezuela entraron 40 millardos de dólares por renta petrolera. Eso era suficiente para alimentar a todo el país. ¿Qué se hicieron esos dólares? Entre las primeras interpelaciones que haremos están las del ministro de Finanzas y el jefe del Cencoex, para que expliquen a quién le dieron los dólares y a quiénes se los van a dar ahora. Ese control político nosotros no lo vamos a ceder. Lo vamos a ejercer para que el pueblo sepa a dónde se está yendo su dinero. Lo que presumimos es que la corrupción es una de las principales causas de la crisis económica.

–¿Cómo se organizará el trabajo desde la Comisión de Contraloría para avanzar en la investigación y sanción de hechos de corrupción?

–Lo primero que vamos a investigar es la corrupción con los dólares de Cadivi. La administración centralizada de divisas está plagada de enormes irregularidades. Recordemos las confesiones de Jorge Giordani, quien fue jefe del gabinete económico. Recordemos que Giordani habló de un daño al patrimonio público por el orden de los 25 millardos de dólares. Nosotros estamos obligados a ponerle el cascabel al gato. Hay mucho que hacer, pero empezando con la inmensa corrupción a través de la administración de divisas estamos atacando el corazón de la corrupción en Venezuela.

–Maduro ha planteado una emergencia económica. ¿Cómo lo valora la MUD?

–Nosotros estamos deseosos de dar el debate sobre la crisis económica porque eso es lo que le interesa a la gente. No se trata, simplemente, de decretar la emergencia económica. Nosotros no le vamos a dar un cheque en blanco a Maduro para nada, para nada. Ya tuvo habilitación legislativa durante dos años y no pudo solucionar nada. Lo que sí vamos a hacer es escuchar sus planteamientos. ¿Qué va a hacer con esa declaración de emergencia económica? Tiene que explicarlo hasta el más mínimo detalle. Si las medidas que ha de proponer son lógicas, la Asamblea puede respaldarlas.

Nosotros no vamos a ser un obstáculo para el Ejecutivo, pero tampoco vamos a permitir que sea un obstáculo para la Asamblea y para el desarrollo de Venezuela. Respetaremos los poderes, pero el poder que no cumpla con la Constitución se encontrará de frente con la Asamblea Nacional.

–¿Qué significa eso?

–Por ejemplo, si el Tribunal Supremo de Justicia no cumple con la Constitución, la Asamblea utilizará su poder orgánico para reorganizar al máximo juzgado, así como cualquier organismo del Estado. Para eso tenemos la mayoría calificada. Al fin y al cabo el máximo juez es el pueblo venezolano que está viendo lo que está ocurriendo en el país.

El pueblo quiere cambio y va a percibir quién está obstaculizando ese cambio. Un río crecido va a buscar una salida. Y esa salida, democrática y electoral, está descrita en la Constitución.

–Entre las opciones que establece la Constitución para eliminar los obstáculos al cambio, ¿cuál prefiere usted?

–No es nuestra prioridad dar ese debate en este momento. Nuestra prioridad es dar el debate sobre la crisis económica.

–Ramos Allup fue enfático al señalar que el cese del mandato de Maduro ocurriría en un plazo perentorio de seis meses.

–Él no habló del mecanismo.

–Habló de la cesación del gobierno.

–No habló del mecanismo para que eso ocurra. Nosotros creemos que debemos esperar cuál va a ser la actitud del gobierno. Insisto: nuestra prioridad es resolver la crisis económica, no sacar a Maduro del poder. Si no, hubiéramos comenzado por activar el referéndum revocatorio. En este momento el objetivo de la Unidad es ofrecer un plan que garantice una economía productiva, el abastecimiento de alimentos, abatir la inflación…, un plan viable. Ya el pueblo verá si el gobierno erige como un obstáculo.

Edgar López / El Nacional

Análisis: El primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Enrique Márquez, aclara que la prioridad es resolver la crisis económica y atender los problemas más apremiantes de los venezolanos, no sacar al presidente Nicolás Maduro del poder.